" Paulo Freire decía mucho una palabra que no sé cómo traducir, que es boniteza, una expresión del nordeste de Brasil. O sea, una cosa muy bella, delicada.
Decía que en la educación hay que imprimir boniteza.
También decía con otras palabras que la cabeza piensa donde los pies pisan. O sea, usted no puede tener empatía con los oprimidos si vive todo el tiempo en el mundo de los opresores.
Si no tiene vínculo con el mundo de los más pobres, de los empobrecidos.
Paulo era una persona muy realista en ese sentido, de una epistemología que tenía que tener como punto de partida el mundo de los oprimidos.
Eso era muy frecuente en toda su obra: Pedagogía de la autonomía, Pedagogía de la libertad y sobre todo " Pedagogía del oprimido", que es su obra más clásica."
Frei Betto.
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