Nuestro Río Paraná, sus islas, sus humedales y su ecosistema constituyen el corredor de agua dulce más extenso del planeta y su significancia mundial los determina como "Patrimonio Ambiental de la Humanidad".
Los procesos hidrológicos y ecológicos que ocurren en sus humedales, la diversidad biológica que sustentan y los recursos naturales que proveen, hacen de éste hábitat fuente de vida y de desarrollo.
Tienen funciones esenciales como el control de la erosión costera, estabilización de los microclimas, el sustento de las diversidad biológica, la retención del carbono, generando calidad del aire, y purificación del agua a través de la remoción de tóxicos y la retención de sedimentos y nutrientes, motivo por el cual se constituyen como "Riñones del Planeta".
Además de su inconmensurable valor ambiental, nuestro río y su entorno también constituyen el sostén de nuestra cultura, de nuestra identidad y son fuente de inspiración para la pintura, la poesía, el arte y la música de nuestros pueblos.
Hoy, éste, nuestro patrimonio ambiental se encuentra en una alarmante situación de emergencia y nosotros no podemos, bajo ninguna circunstancia ser indiferentes.
La quema de las islas del Paraná que se ha convertido en una constante como consecuencia del aumento indiscriminado de la actividad económica-ganadera, genera la depredación de la flora y la fauna autóctona y la degradación irremediable del Medio Ambiente.
Por ello se hace imprescindible y resulta impostergable la sanción de una Ley Nacional que, por medio de la competencia federal, proteja acabadamente éste “Patrimonio Ambiental de la Humanidad” y sancione el ilícito accionar de quienes ponen en riesgo la Salud Pública y el derecho de las generaciones futuras de vivir en un ambiente sano.
El Medio Ambiente no nos pertenece, nosotros le pertenecemos.
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