Rescatar la memoria.

Rescatar la memoria.

22/5/21

" La moda de soltar." Por Bárbara Lorenzo .

"Vení... charlemos, sentate un poco.
¡No ves que sos mi semejante!
A ver, probemos, hermano loco,
salvar el alma cuanto antes.
Es un asombro, tener tu hombro
y es un milagro la ternura...
¡Sentir tu mano fraternal!
Saber que siempre para vos...
¡El bien es bien y el mal es mal!"

Eladia Blázquez.



Parece ser que ya nada tiene que importarnos.
Que ya nada puede hacernos daño o doler.
Parecería ser que cada día la tecnología nos acerca más y los sentimientos nos alejan.
“Sentir es para débiles”: esto es lo que esconde muchas veces, la nueva moda de soltar.
“Tener que soltar. Tener que dejar ir”, profesan lxs genixs de las redes sociales.
No hay que aferrarse a algo, o alguien, entendemos que el apego no lleva a buen puerto.
Pero ...¿nos detenemos a pensar en los sentimientos ajenos?
Porque el discurso sistemático del amor propio y la sanación desde ahí, puede ser el discurso más vacío del mundo si no contemplamos al ser humano que somos y que tenemos en frente en su totalidad.
No podemos ser tan ciegos de creer que sólo porque alguien te lo diga, eso va a suceder, no podemos ser tan necios de creer que esa persona ya no lo pensó.
No podemos bajo ningún punto de vista exigirle a un otro que haga algo porque a nosotros nos parece.
Y además porque en muchos casos no soportamos el dolor ajeno, no toleramos ver sufrir a otro, entonces le pedimos que haga o deje de hacer para evitar nuestro propio dolor y para no conectar con eso.
Es ridículo mandar mensajes de que queriéndonos todo va a salir bien, cuando vivimos en una sociedad que constantemente nos oprime de todas las formas posibles y donde el input que recibimos es que para llegar a la felicidad debemos consumir cosas materiales y tener cuerpos hegemónicos.
El amor propio no está en las redes sociales.
El amor propio se aprende y se construye cada día.
El amor propio se hace, cambia de forma, a veces se equivoca, y otras veces es injusto, pero es nuestro. Es propio.
Y sería un buen ejercicio revisarlo constantemente.
No todo en la vida es soltar, y andar diciendo como otros “tienen que”...
Muchas veces es mirar hacia el costado para ver al otro. Ayudarlo.
O al menos no hundirlo. Intentar ser empáticos. Y luego revisarnos.
Soltar no nos garantiza nada.
Quizás, en vez de soltar tanto, podríamos probar con agarrarnos fuerte, sostenernos y ver qué pasa…

Bárbara Lorenzo

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