Cena familiar en un pueblo de Asturias.
En los platos se sirve pescado y una guarnición de patatas.
El sobrino mayor dice de pronto con jocosidad:
- Estamos comiendo un inmigrante.
Risas y aplausos celebran el chiste macabro.
Lo naturalizan con superficialidad...
Mi mirada se cruza con la de Alejo.
Estupor, dolor , tristeza.
Evoco la lucha de los abuelos defendiendo valores y principios
exponiendo la vida contra el fascismo.
Al acabar la velada salimos con una congoja apretujada en la garganta.
En silencio.
Amo este sendero conocido, los montes y el bramido de las peñas.
Al cruzar el puente escucho el rumor de las aguas del Nalón deslizándose
mansamente.
Esa gente es mi gente .
Ha perdido la memoria.
Y la sensibilidad.
Esa" broma" es un acto fallido ...Los muestra tal como son.
Indolentes . Crueles. Mirándose el ombligo.
¿Evolución? Ninguna.
El aire nocturno nos cobija rozando los pensamientos que no dejan de bullir.
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