El estanciero Joe Lewis y la impunidad del poder.
La represión es contra los pobres
No. No dictaron la orden de desalojo. No hay un ejército de efectivos policiales viajando a la estancia. El nombre de Joe Lewis no aparece en los zócalos de los canales televisivos y no sobrevuela un helicóptero el Lago Escondido, alambrado como si fuera propiedad privada. No, no hay señales de una respuesta del Estado argentino a la usurpación de 14 mil hectáreas. No hay noticias de las causas contra la compra ilegal de un extranjero de tierras consideradas estratégicas. Nadie lo considera un delincuente. No, no lo van a reprimir ni le van a quemar su estancia. No, ningún gobierno en las últimas dos décadas se atrevió a meterse con el poder de Lewis, que se compró un ejército privado, que compró jueces, gobernadores, periodistas y policías.
No. Parece que la represión es solo para los pobres. No, no hay indignados en las redes por la usurpación de 14 mil hectáreas ni abanderados de la Ley y la Propiedad Privada porque un delincuente de nombre Joe Lewis se robó 14 mil hectáreas.
En Guernica el terreno en conflicto es de 100 hectáreas. Hacé la cuenta, ¿cuántas Guernica compró Lewis de forma ilegal?
Parece que el juez se demora en dictar la orden. Parece que la policía no avanza rumbo a la estancia y ningún Ministro disfrazado de Rambo de cotillón sobrevuela la zona. No, las topadoras no llegan. No hay funcionarios que mencionen esta usurpación. No hay odiadores que lo acusen de cobrar subsidios mientras ellos trabajan: claro, solo se robó el Lago Escondido y no deja a nadie pasar.
Joe Lewis debe estar muy tranquilo: el desalojo es para los pobres.
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