Singular en su estilo vocal y trabajador del imaginario de la bohemia del tango, el “Polaco” nació en Saavedra el 26 de enero de 1926 y murió el 27 de agosto de 1994, a los 68 años.
El arrastre, el silencio y la declamación intimista hicieron de la voz de Goyeneche una figura central de la historia del tango por encima de cualquier objeción técnica que pudiera apuntarse.
Hubo tangos que terminaron de definir su perfil legendario como cantor de tangos.
Eso ocurrió con Afiches o Naranjo en flor, de Homero Expósito; Cafetín de Buenos Aires, de Enrique Santos Discépolo; y hasta Siga el corso, de Carlos Gardel, bien lejos de la interpretación original.
Esa impronta capaz de forzar ciertos límites y la nocturnidad de sus pasos, lo fueron acercando a colegas del rock y a nuevos intérpretes para gozar de una popularidad y una trascendencia que excedió al género.
Su notable intervención cinematográfica en Sur, filme dirigido por Pino Solanas (1988), quizá enhebró la última imagen que necesitaba su figura para romper las fronteras del tango.
Paredón,
tinta roja en el gris
del ayer...
tinta roja en el gris
del ayer...
Donde estará mi arrabal?...
Quien se robó mi niñez?...
En qué rincón, luna mía,
volcás, como entonces,
tu clara alegria?
Veredas que yo pisé,
malevos que ya no son.
Bajo tu cielo de raso
trasnocha un pedazo
de mi corazón.
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