Federico García Lorca le dedicó una de sus obras teatrales a ella. Por eso su nombre y su martirio son tomados en este espectáculo como espejo y proyección de un estigma que se ha seguido produciendo a lo largo de las décadas y los siglos. El montaje tiene cuatro escenas básicas: la primera cuenta la captura y muerte de Mariana en 1931 y otras tres, que transcurren en 1970 en Buenos Aires, en 2000 en Ciudad Juárez y hoy en una ciudad cualquiera, que reproducen situaciones de sometimiento y dolor similares.
La concepción de la puesta es sencilla, pero potente: tres actores (dos mujeres y un hombre) van encarnando los diversos personajes que a través del tiempo protagonizan las vicisitudes que se replican con ciertas variantes. Hay una visión muy lírica en esa mirada que incluye el canto, el diseño coreográfico, la música y la palabra. Y tres actores que comprenden y sirven con pulcritud e intensidad a esa poética.
Pinedas tejen lirios forma parte de una trilogía que comienza con Granos de uva en el paladar y que concluirá en una tercera obra sin título aún.
Imprescindible verla.
Para conectarse con la emoción, la historia ....¡ el arte!
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