Rescatar la memoria.

Rescatar la memoria.

5/3/14

Sentado sobre los muertos.Miguel Hernández

      "Vivo para exaltar los valores puros del pueblo, y a su lado estoy tan dispuesto a vivir como a morir."
        Miguel

      Sentado sobre los muertos
      que se han callado en dos meses,
      beso zapatos vacíos
      y empuño rabiosamente
      la mano del corazón
      y el alma que lo mantiene.

      Que mi voz suba a los montes
      y baje a la tierra y truene,
      eso pide mi garganta
      desde ahora y desde siempre.

      Acércate a mi clamor,
      pueblo de mi misma leche,
      árbol que con tus raíces
      encarcelado me tienes,
      que aquí estoy yo para amarte
      y estoy para defenderte
      con la sangre y con la boca
      como dos fusiles fieles.

      Si yo salí de la tierra,
      si yo he nacido de un vientre
      desdichado y con pobreza,
      no fue sino para hacerme
      ruiseñor de las desdichas,
      eco de la mala suerte,
      y cantar y repetir
      a quien escucharme debe
      cuanto a penas, cuanto a pobres,
      cuanto a tierra se refiere.

      Ayer amaneció el pueblo
      desnudo y sin qué ponerse,
      hambriento y sin qué comer,
      el día de hoy amanece
      justamente aborrascado
      y sangriento justamente.
      En su mano los fusiles
      leones quieren volverse
      para acabar con las fieras
      que lo han sido tantas veces.

      Aunque le falten las armas,
      pueblo de cien mil poderes,
      no desfallezcan tus huesos,
      castiga a quien te malhiere
      mientras que te queden puños,
      uñas, saliva, y te queden
      corazón, entrañas, tripas,
      cosas de varón y dientes.
      Bravo como el viento bravo,
      leve como el aire leve,
      asesina al que asesina,
      aborrece al que aborrece
      la paz de tu corazón
      y el vientre de tus mujeres.
      No te hieran por la espalda,
      vive cara a cara y muere
      con el pecho ante las balas,
      ancho como las paredes.

      Canto con la voz de luto,
      pueblo de mí, por tus héroes:
      tus ansias como las mías,
      tus desventuras que tienen
      del mismo metal el llanto,
      las penas del mismo temple,
      y de la misma madera
      tu pensamiento y mi frente,
      tu corazón y mi sangre,
      tu dolor y mis laureles.
      Antemuro de la nada
      esta vida me parece.

      Aquí estoy para vivir
      mientras el alma me suene,
      y aquí estoy para morir,
      cuando la hora me llegue,
      en los veneros del pueblo
      desde ahora y desde siempre.
      Varios tragos es la vida
      y un solo trago es la muerte
Miguel Hernández

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