Brotan los versos de Roberto Fernández Retamar para materializarse
en cada mascarilla apretada durante horas,
en cada atención médica o cada certificado de vacuna aplicada.
“Nosotros, los sobrevivientes,
¿A quiénes debemos la sobrevida?
¿Quién se murió por mí en la ergástula,
Quién recibió la bala mía,
La para mí, en su corazón?
¿Sobre qué muerto estoy yo vivo,
Sus huesos quedando en los míos,
Los ojos que le arrancaron, viendo
Por la mirada de mi cara,
Y la mano que no es su mano,
Que no es ya tampoco la mía
Escribiendo palabras rotas
Dónde él no está, en la sobrevida?"
Roberto Fernández Retamar
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