"Marchemos, gritemos, protestemos ...
que cuando se escriba la historia de este tiempo que nos tocó vivir,
se sepa que no estuvimos de acuerdo".
Esta mañana se consumó el despojo. Lo votaron 128 "representantes" del oficialismo y de parte de la oposición. Pero quedo más claro que nunca que no "representan" a nadie más que a sus propios intereses y a los de sus patrones ocasionales. No son traidores, nunca estuvieron de nuestro lado. Son resortes funcionales del sistema parlamentario; o lo que es lo mismo: son fichas en el tablero del poder, son kiosqueros con un negocio montado en sus bancas: se venden al mejor postor, no importa el color de su bandera ni las siglas de su partido. Juegan el mismo juego. Por eso, precisan estar encerrados en el Congreso, esa torre de marfil protegida por un ejército de carniceros con uniforme que no dudan cuando hay que cumplir su rol histórico: disparar contra manifestantes, avanzar contra todos, golpear y balear a los pibes y los viejos. Los violentos son ellos, basta con el verso de los grandes medios concentrados. Basta. basta de repetir idioteces armadas para justificar una política violenta que apunta a la exclusión y a la pobreza de millones para que cierren los números. Basta. Miles salieron a la calle ayer por la tarde y otros miles ayer a la noche. Aprobar una ley vergonzosa les va a costar: dilapidaron el verso del "diálogo" y el de la derecha "moderna": son autoritarios, aprietan y extorsionan cuando necesitan un voto, son violentos, disparan contra los manifestantes. La gente dijo basta. Hasta en sectores simpatizantes del oficialismo, esta Ley generó fisuras nunca vistas hasta hoy. Basta de consumir el veneno que inoculan los medios. Basta de asimilar el discurso progre y "bien-pensante" de los que nunca tuvieron un compañero al lado, lleno de balas de ogma en la espalda. Basta del verso de los que nunca en su vida padecieron los efectos de los gases o una avanzada de las motos criminales de la policía.
Nosotr@s en la calle, dijimos no. No somos cómplices del robo violento alos jubilados. No somos parte de esa runfla de transeros y rosqueros que venden hasta a su madre por unos billetes. No aceptamos la basura digerida por los jetones mediáticos, que mienten de forma descarada y recortan la realdiad para no ver la violencia criminal del Estado. Esto sigue, las "reformas" del oficialismo apenas comienzan. Pero lo sucedido esta semana, la espontánea reacción de cientos de miles en todas las calles, es un buen augurio. Hay un pueblo despierto.
Foto de Laki Pérez
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