"Nunca me sentí exiliado en Argentina, país en que me habría gustado nacer
si Paraguay no hubiera existido.
Y Buenos Aires siempre fue para mí y lo seguirá siendo
hasta el fin de mis días la ciudad más hermosa del mundo,
intemporal,
cosmopolita y mágica.
Un puro espejismo sobre el vértigo horizontal
de la llanura pampeana.
No comprenderé nunca por qué Borges se alejó de ella para morir."
Augusto Roa Bastos
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