Muchos serán los niños que este seis de enero
encontrarán sus zapatillas desiertas.
La ilusión de este día sin reyes, sin magos, sin milagros
lastimará el despertar de tanta infancia relegada.
En el mundo de las desigualdades quedarán
manos pequeñas a la espera del sueño incumplido
y en la conciencia de los adultos, los que manejan las marionetas
del sistema , del mercado,de la exclusión la eterna indiferencia.
Habrá , eso si, manos y brazos del pueblo llano que
repartirán juguetes , compartirán abrazos , canciones y alegrías
para mitigar ,en lo posible, las carencias de nuestros niños.
Ellos que nos regalan, a diario, la magia del abrazo , del beso azucarado,
de la risa espontánea , de la nobleza invicta, del juego inusitado, de la mirada franca.
Los hijos del pueblo.
Ellos ... que son lo más valioso que tenemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario