Nezahualcóyotl murió veinte años antes de que Colón
pisara las playas de América.
Fue rey de Texcoco, en el vasto valle de México.
Allí dejó su voz:
"Se rompe, aunque sea oro,
se quiebra, aunque sea jade,
se desgarra, aunque sea plumaje de quetzal.
Aquí nadie vivirá por siempre.
También los príncipes a morir vinieron.
Todos tendremos que ir a la región del misterio.
¿Acaso en vano venimos a la tierra?
Dejemos, al menos, nuestros cantares."
Eduardo Galeano
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