Abril, sin tu asistencia clara, fuera
invierno de raídos esplendores;
mas aunque abril no te abriese a ti sus flores,
tú siempre exaltarás la primavera.
Eres la primavera verdadera:
rosa de los caminos interiores
brisa de los secretos corredores,
lumbre de la recóndita ladera.
invierno de raídos esplendores;
mas aunque abril no te abriese a ti sus flores,
tú siempre exaltarás la primavera.
Eres la primavera verdadera:
rosa de los caminos interiores
brisa de los secretos corredores,
lumbre de la recóndita ladera.
Juan Ramón Jiménez.
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