"No olvidemos que las pequeñas emociones son
los capitanes de nuestras vidas y las
obedecemos sin siquiera darnos cuenta.”
Vincent Van Gogh.
Olga Rodríguez
Crece el clamor contra la impunidad del franquismo dentro y fuera de nuestras fronteras. Al igual que en 1995 los jóvenes de HIJOS reclamaron justicia por los suyos en Argentina, España también necesita recuperar su relato.
Conversando recientemente con el abogado Carlos Slepoy, uno de los impulsores de la querella argentina contra los crímenes del franquismo, comentaba un recuerdo que mantiene muy presente, un momento que significó un punto de inflexión en Argentina. Ocurrió en mayo de 1995 en la plaza de Mayo de Buenos Aires. Acababa de nacer la organización HIJOS, constituida por hijos de personas desaparecidas durante la dictadura de Videla.
“Eran chicos jóvenes, de 18, 19, 20 años. Uno de ellos habló en la plaza y dijo: “Hasta hace poco ocultábamos quiénes eran nuestros padres, estábamos avergonzados. Ahora estamos orgullosos de ellos”. Fue tal la emoción. Yo sentí que ahí cambiaba la historia. Una generación nueva empezaba a tomar conciencia de su verdadera historia, y no de la que le contaron o distorsionaron”, comentó Slepoy.
La historia cambió en Argentina. Llegaron las derogaciones de las leyes de punto final y obediencia debida, la recuperación de la memoria, el inicio de la justicia, de la verdad, de la reparación.
El país que impulsó justicia para naciones como Chile o Argentina niega ahora justicia para sí mismo, protegiendo aún la impunidad de su propia dictadura.
Las organizaciones de derechos humanos internacionales -entre ellas Amnistía Internacional o Human Rights Watch- y la misma Naciones Unidas exigen la investigación de los crímenes del franquismo.
Crece el clamor contra la impunidad del franquismo dentro y fuera de nuestras fronteras. Al igual que en 1995 los jóvenes de HIJOS reclamaron justicia por los suyos en Argentina, España también necesita recuperar su relato.
Conversando recientemente con el abogado Carlos Slepoy, uno de los impulsores de la querella argentina contra los crímenes del franquismo, comentaba un recuerdo que mantiene muy presente, un momento que significó un punto de inflexión en Argentina. Ocurrió en mayo de 1995 en la plaza de Mayo de Buenos Aires. Acababa de nacer la organización HIJOS, constituida por hijos de personas desaparecidas durante la dictadura de Videla.
“Eran chicos jóvenes, de 18, 19, 20 años. Uno de ellos habló en la plaza y dijo: “Hasta hace poco ocultábamos quiénes eran nuestros padres, estábamos avergonzados. Ahora estamos orgullosos de ellos”. Fue tal la emoción. Yo sentí que ahí cambiaba la historia. Una generación nueva empezaba a tomar conciencia de su verdadera historia, y no de la que le contaron o distorsionaron”, comentó Slepoy.
La historia cambió en Argentina. Llegaron las derogaciones de las leyes de punto final y obediencia debida, la recuperación de la memoria, el inicio de la justicia, de la verdad, de la reparación.
El país que impulsó justicia para naciones como Chile o Argentina niega ahora justicia para sí mismo, protegiendo aún la impunidad de su propia dictadura.
Las organizaciones de derechos humanos internacionales -entre ellas Amnistía Internacional o Human Rights Watch- y la misma Naciones Unidas exigen la investigación de los crímenes del franquismo.
La ONU ha solicitado además la derogación de la ley de amnistía.
El clamor internacional es cada vez mayor. A ello se suma la colaboración de jueces españoles con la jueza argentina Servini de Cubría, que lleva la querella.
“El Gobierno español está en una posición incómoda. Mucho tiempo : 40 años de dictadura española y cuarenta de impunidad.
El franquismo impulsó una persecución sistemática con el objetivo de eliminar a determinados sectores de la sociedad. El daño fue dramático y las secuelas duran hasta hoy, con más de 100.000 desaparecidos aún en las cunetas. Pero a pesar de la enorme represión, a pesar de que los crímenes del franquismo consiguieron remodelar la sociedad española, a pesar de que tras la transición se apostó por el olvido, a pesar de que las nuevas generaciones han crecido ignorando su historia más reciente, a pesar de todo ello, siguen surgiendo nuevas voces que piden respeto por los derechos humanos, verdad, justicia y reparación en nombre de la memoria y de la salud democrática, porque un país que cierra filas para proteger a los represores es un país enfermo. La cultura de la impunidad que sufrimos en la actualidad y que legitima el robo y la mentira, está estrechamente ligada a la impunidad del franquismo.
“Hay una historia muy poderosa. El clamor contra la impunidad del franquismo demuestra que por más mecanismos que se empleen no van a poder taparla. La querella argentina es una expresión de todo esto. No hay pueblo de España, por más pequeño que sea, que no tenga víctimas del franquismo.
El clamor internacional es cada vez mayor. A ello se suma la colaboración de jueces españoles con la jueza argentina Servini de Cubría, que lleva la querella.
“El Gobierno español está en una posición incómoda. Mucho tiempo : 40 años de dictadura española y cuarenta de impunidad.
El franquismo impulsó una persecución sistemática con el objetivo de eliminar a determinados sectores de la sociedad. El daño fue dramático y las secuelas duran hasta hoy, con más de 100.000 desaparecidos aún en las cunetas. Pero a pesar de la enorme represión, a pesar de que los crímenes del franquismo consiguieron remodelar la sociedad española, a pesar de que tras la transición se apostó por el olvido, a pesar de que las nuevas generaciones han crecido ignorando su historia más reciente, a pesar de todo ello, siguen surgiendo nuevas voces que piden respeto por los derechos humanos, verdad, justicia y reparación en nombre de la memoria y de la salud democrática, porque un país que cierra filas para proteger a los represores es un país enfermo. La cultura de la impunidad que sufrimos en la actualidad y que legitima el robo y la mentira, está estrechamente ligada a la impunidad del franquismo.
“Hay una historia muy poderosa. El clamor contra la impunidad del franquismo demuestra que por más mecanismos que se empleen no van a poder taparla. La querella argentina es una expresión de todo esto. No hay pueblo de España, por más pequeño que sea, que no tenga víctimas del franquismo.
Por eso la querella es mucho más que un procedimiento judicial. Es un elemento cuestionador de todo el sistema político y de la administración de la justicia española”, explica el letrado.
Cada vez son más las voces contra el olvido. Y, al igual que un día de mayo de 1995 los jóvenes de HIJOS pidieron justicia por los suyos en Buenos Aires.
Cada vez son más las voces contra el olvido. Y, al igual que un día de mayo de 1995 los jóvenes de HIJOS pidieron justicia por los suyos en Buenos Aires.
España también necesita recuperar su relato para construir una democracia en la que quede claro que cometer crímenes de lesa humanidad tiene consecuencias. No hay rencor en la reivindicación de la justicia, sino reclamación de herramientas que garanticen que no se repitan atrocidades que a día de hoy ni han sido investigadas por la justicia española, ni están presentes en los libros de historia de colegios e institutos.
Otra cultura es posible. En ella una generación nueva puede empezar a tomar conciencia de su verdadera historia, y no de la que le contaron o distorsionaron.
Otra cultura es posible. En ella una generación nueva puede empezar a tomar conciencia de su verdadera historia, y no de la que le contaron o distorsionaron.
Fuente : Argenpress
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