Rescatar la memoria.

Rescatar la memoria.

29/10/14

Simón, el maestro y Bolívar, el alumno. Galeano.

 Una borla roja cuelga, en hilachas, del gorro que tapa la temprana calva. Los anteojos, calzados por encima de las cejas, rara vez ayudan a los ojos azules, ávidos y voladores. Simón Carreño, Rodríguez por nombre elegido, deambula predicando rarezas.
Sostiene este lector de Rousseau que las escuelas deberían abrirse al pueblo, a la gentes de sangre mezclada; que niñas y niños tendrían que compartir las aulas y que más útil al país sería crear albañiles, herreros y carpinteros que caballeros y frailes.

Simón, el maestro y Simón, el alumno. Veinticinco años tiene Simón Rodríguez y trece Simón Bolívar, el huérfano más rico de Venezuela, heredero de mansiones y plantaciones, dueño de mil esclavos negros.
Lejos de Caracas, el preceptor inicia al muchacho en los secretos del universo y le habla de libertad, igualdad, fraternidad.
 Le descubre la dura vida de los esclavos que trabajan para él y le cuenta que la" nomeolvides "también se llama Myosotis palustris.
 Le muestra cómo nace el potrillo del vientre de la yegua y cómo cumplen sus ciclos el cacao y el café.
 Bolívar se hace nadador, caminador y jinete; aprende a sembrar, a construir una silla y a nombrar las estrellas del cielo de Aragua.
 Maestro y alumno atraviesan Venezuela, acampando donde sea, y conocen juntos la tierra que los hizo. A la luz de un farol, leen y discuten Robinson Crusoe y las Vidas de Plutarco.
Eduardo  Galeano

"Si se hubiera malogrado , en la ignorancia general , el talento de los escritores que nos han
instruído...¿Qué sabríamos"

 Si la instrucción se proporcionara a todos, ¿cuántos de los que despreciamos por ignorantes, no serian nuestros consejeros, nuestros bienhechores o nuestros amigos?
 ¿Cuántos de los que nos obligan a echar cerrojo a nuestras puertas, no serian depositarios de las llaves?
 ¿Cuántos de los que tememos en los caminos, no serian nuestros compañeros de viaje? "
Simón Rodríguez

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