"Soy una susurradora de rebeldía. Intento ayudar a fomentar un pensamiento crítico y creativo, un profundo cuestionamiento de la sociedad en la que vivimos de la cual, somos todos responsables."
Clara Valverde
Clara Valverde
Sobre mi abuelo se podrían escribir muchos libros. Todos los primos Gefaell hemos trabajado en recoger información y hacer el mapa del árbol de la familia de unas 10 generaciones. Contratamos a una arbolista especializada en el Holocausto para ayudarnos con algunos parientes que no localizábamos y para ver cómo estamos emparentados con los Gefaell de Israel y de otros países. También tenemos un blog interno con toda la correspondencia y fotos de nuestros antepasados Gefaell.
Mi abuelo, Willy Gefäll, era un ingeniero vienés que vino a España a principios del siglo pasado para trabajar en la construcción la presa de Flix y luego en la electrificación de la ciudad de Barcelona. No tenía intención de quedarse, pero se enamoró y se casó con mi abuela, Pilar Gorostegui y tuvieron 10 hijos. Vivieron sobre todo en Madrid.
El abuelo Willy era judío pero no se lo dijo a nadie. Ya en Viena, de pequeño, no dijo que era judío para cantar en el Coro de los Niños de Viena. Su madre y sus hermanos venían a España cuando él se casó a pasar los inviernos a verle y a huir del frio de Viena, pero como mi abuela Pilar no hablaba alemán, no se enteró de que su familia política era judía. Y mi abuelo hizo todo lo posible para esconder esa información. Era rubio, de ojos azules y nadie sospechó.
Cuando el nazismo aumentó en Austria, mi abuelo intentó que su familia se viniera a España, pero su madre y sus hermanos le decían: “Willy, esto no va a ir a más. ¿Qué más nos van a hacer?”. Pues claro que fue a más y la madre de mi abuelo, dos de sus hermanos y muchos otros familiares fueron exterminados en campos de concentración. No fue hasta entonces que mi abuela Pilar, mi madre y mis tíos supieron que el abuelo era judío. Tenemos las últimas cartas de mi bisabuela y mi tía abuela Mina desde el campo de traslado en Viena y son desgarradoras.
Cuando mi abuelo murió en Madrid en 1953, al vaciar su despacho, se encontraron cartas procedentes de Estados Unidos de gente que, en alemán, le daba las gracias. Por esas cartas la familia supo que durante los últimos 10 años de su vida, mi abuelo había falsificado pasaportes (no debería ser muy difícil ya que trabajaba en una compañía de patentes) y financiado el viaje a judíos austriacos a través de España a Lisboa y de ahí a los EEUU.
Clara Valverde.
Fuente: Rebelión
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