Ocho huecos en la tierra
ocho pozos en el alma
ocho ausencias sin olvido
ocho historias sin mañana.
Ocho vuelos por el aire
ocho tajos en el agua
ocho espinas lacerantes
que el mar devolvió a la
Ocho lápidas sin nombre
Ocho abrazos que nos faltan
y hay ocho manteles puestos
y ocho incertidumbres largas.
Ocho escuelas sin maestros
ocho herramientas que aguardan
y hay ocho pañuelos blancos
y ocho madres en la plaza.
Ocho madres en la plaza.
* Ocho huecos en la tierra
ocho pozos en el alma.
En Colonia los cipreses
ni se olvidan ni se callan.
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