"Debes amar la arcilla que va en tus manos
Debes amar su arena hasta la locura
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro..."
Silvio Rodríguez
-¿Eres ámbar?- dijo un sabio
a un trozo de arcilla tosca
que halló al borde de una fuente.
-Debes serlo, pues tu aroma
tiene infinita dulzura,
y fragancia seductora.
-Soy barro - dijo la arcilla-
con la humildad de la escoria;
soy barro, barro mezquino;
¡pero en edad no remota
guardé, siendo tosco vaso,
un ramillete de rosas!

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