Rescatar la memoria.

Rescatar la memoria.

3/7/23

" A solas con uno mismo." Osvaldo Ardizzone.

 "Yo grito mi protesta porque sueño

 con un mundo nuevo donde los hombres

 no se arrastren sometidos

 por la charca viscosa de la adulonería."


Osvaldo Ardizzone.

 Cuando hayas perdido la sinceridad

cuando te vuelvas convencional

y claudiques hasta de tus más queridas convicciones. . .

Cuando te elabores los argumentos

para justificar tus miserias

y, además las justifiques. . .

Cuando sacrifiques la amistad por el poder

cuando festejes el humor de los mediocres

como la pobre copera lo hace con sus clientes. . .

Cuando te acostumbres a juzgar a los demás

por la calidad de la ropa que visten. . .

Cuando mires con concupiscencia la mujer del amigo

que te tiende la mesa, el techo y hasta el lecho. . .

Cuando juzgues despreciativamente a un borracho

Cuando te erijas en juez inflexible de una prostituta

Cuando te sientas respetuoso de la ley

nada más porque pagas tus impuestos al día. . .

Cuando te inclines por lo que te conviene

y no por lo que realmente sientas

Cuando después de tres días consecutivos

adviertas que ni una sola vez levantaste los ojos al cielo.

Cuando digas con la voz impostada del forista

que deben existir los pobres y los ricos

los trepadores y los fracasados

los dirigentes y los dirigidos.

Y agregues con la misma impostada presuntuosidad

que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen

Cuando te refieras a la gente

y no te sientas incluido en ella

Cuando pronuncies por primera vez

la palabra negro con asco

Cuando te sientas ufano y orgulloso de ser blanco

Cuando llegues a gerente

y además te sientas gerente

Cuando a fuerza de proclamar tu desprejuicio

desemboques sin escrúpulos en el crimen

Cuando uses tus tarjetas en los velorios

para que nadie dude tu puntualidad. . .

Cuando entones canciones de protesta

porque está de gran moda cantarlas

Cuando tus más queridos sueños literarios

cuando la fresca espontaneidad de tu primer soneto

desemboquen en la prosa gris y árida de un memorando ejecutivo

Cuando asistas sin inmutarte a un desalojo

Cuando proclames ante tus hijos tu brillante

carrera de triunfador. . .

Cuando dejes de concurrir a los parques

Cuando dejes de mirarle los ojos a las muchachas

Cuando ya no te quede la posibilidad de un asombro

ni un resto de candor, ni una lágrima para una pena

ni el estremecimiento de un hermano,

ni el valor para juzgarte en un gesto. . .

Cuando pierdas la facultad de arrepentirte

Cuando seas incapaz de perdonar

Cuando te sientas vacío para querer

Cuando maquines por primera vez. . .

Entonces, ¿de qué te servirá el poder,

de qué el dinero, de qué los amoríos fáciles

de qué las frases huecas, de qué tu vida?

Porque, entonces, con solo mirarte ante el espejo

comprobarías que te has transformado

en lo que se dice, comúnmente ¡una mierda!

Osvaldo Ardizzone.

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