"El olvido está lleno de memoria."
Benedetti
Marzo se puebla de añoranzas.
Te encuentro en resquicios de sol trémulo.
En las primeras hojas que amarillean.
En párrafos subrayados de tus libros.
En la mirada del retrato que parece mirarme.
En la ternura que dejaron tus manos
resolviendo hechos cotidianos.
En el recuerdo de tu voz
y tu sonrisa pálida cuando dijiste :
"- Eres demasiado sentimental...Vas a sufrir..."
Acaso percibías tu propia sensibilidad
en las heridas que andaban contigo y yo desconocía...
Paso a veces por la vieja casona de la infancia
en la que sólo quedó el molino.
Ver ese molino oxidado me acerca a ti.
Me trae tus palabras cuando un lejano y oscuro atardecer cruzamos el patio :
"- No hay que tener miedo...la oscuridad no es un peligro...
No es bueno andar por la vida con miedo..."
Con el tiempo descubrí que había aprendido a vivir sin miedo.
Imposible amarrar el pasado y dejarlo en el olvido.
Imposible desterrar recuerdos y vivencias.
Imposible amordazar sentimientos
que inexorable y tercamente se centran en ti.
Ni los recuerdos ni las emociones pueden manejarse.
No pueden encapsularse...
Ni sujetarse...
Recuerdos y emociones en libertad van y vienen
y conectan con la identidad.
Soy ésto que soy porque tú fuiste.
Me place serlo.
Tu ausencia en
cada aprendizaje transitado estuvo siempre presente.
No estás.
Y sin embargo... sigues estando.
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