"En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido,
no existe amor verdadero en este mundo."
Isadora Duncan
Ante esta realidad la sociedad parece ciega , sorda y muda.
Los pibes que trabajan en el yerbal no pueden ir a la escuela.
Los legítimos derechos de la niñez son vulnerados.
¿ Quién se ocupa de revertir semejante atrocidad?
Para los poderosos este tema no es prioritario.
Para los seres comunes que no lo padecen no reviste importancia.
El individualismo, mezquino e insensible,
no se detiene a repensar la urgente e imprescindible
necesidad de implementar medidas que
rescaten a estos niños de la indignidad
y se materialice el tan mentado " bien común".
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