Matar en nombre de Dios.
Matar para borrar la posibilidad de pensar.
Matar para silenciar la barbarie.
Matar para aniquilar la legalidad de las instituciones.
Matar.
Miles de muertos oficiales y muertos clandestinos.
Flores tristes.
Tan tristes como las miradas de
los que recuerdan las matanzas.
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