"Ando cantándole al viento
y no sólo por cantar
del mismo modo que el viento
no anda por andar nomás."
Mi canción es un libro
que se escribe con el viento
y una imprenta indeleble
-la guitarra del pueblo-.
Después, de boca en boca,
santo y seña del sueño,
va entre los hombres, cruza
las fronteras del miedo
y nombra al sometido
en su padecimiento.
Las muchachas azules,
los rudos marineros,
el labrador de pámpanos,
el quieto, el andariego,
andan con mi canción
sin posible sosiego.
Mi canción no le teme
al tumulto ni al fuego.
Todos pueden cantarla
y llevársela lejos.
Y si a veces estalla
en un grito violento
es porque al pueblo acallan
¡y duele ese silencio!
Armando Tejada Gómez
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