"No nos cansemos de denunciar la idolatría de la riqueza, que hace consistir la verdadera grandeza del hombre en tener, y olvida que la verdadera grandeza es “ser”.
No vale el hombre por lo que tiene, sino por lo que es. "
Monseñor Romero
El 24 de marzo de 1980, un día después de concluir su homilía con estas palabras, Monseñor Arnulfo Romero fue asesinado por el disparo de un francotirador integrante de un escuadrón de la muerte al que pertenecían agentes estatales.
Los asesinos nunca fueron juzgados.
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