Rescatar la memoria.

Rescatar la memoria.

16/1/18

DOCUMENTO DE PSICOANALISTAS AUTOCONVOCADOS.


A más de dos años de gobierno de la alianza Cambiemos-UCR. De la campaña de la intimidación a la democracia del terror.
Cuando muchos anticipábamos su triunfo como un desastre para el país, la respuesta de quienes confiaban en la Alianza Cambiemos era instantánea: “es un discurso del miedo, no va a hacer nada de lo que ustedes dicen”.
 El propio Macri puso cara de ángel calumniado en el debate preelectoral, y se indignó de que lo acusaran de querer hacer lo que finalmente hizo en forma exponencial.
La mentira se instituyó en el corazón de su campaña; hoy, de su gobierno y, así, de grandes masas de ciudadanos desinformados y cegados por sus prejuicios.
A dos años, no sólo ha hecho lo que anticipábamos, sino mucho más, y mucho peor.
 Sin embargo, gran cantidad de personas que tienen la mentira antes sus ojos y son perjudicados por sus políticas, decidieron votarlo de nuevo esperando cual creyentes ciegos que todo fuera a mejorar. El país se endeuda sin freno para que las grandes empresas propias y ajenas depositen sus ganancias en los paraísos fiscales que reivindican con cara de piedra… pero “los K se robaron todo”, nos repiten.
 Miles de millones de dólares les obsequian a sojeros, grandes ruralistas, petroleras, mineras, bancos, fondos de inversión y a contratistas del consorcio presidencial, mientras se les quitan a los trabajadores en los salarios que bajan y en los derechos laborales que se les pretende arrebatar, a las jubilaciones que no van a alcanzar ni para cubrir la canasta de indigencia y que esperan codiciosos reprivatizar, a las pymes que pierden su peso en la producción nacional de mano de las importaciones abiertas a la crisis de sobreproducción mundial.
 Todo esto ocurre… pero “¡es la pesada herencia!”, se repite con fanatismo.
Esos miles de millones de dólares que se les transfieren a los grandes poderes económicos se obtienen endeudando al país de un modo usurario, con frenesí, ¡por un siglo!, a igual ritmo que se hipoteca el futuro de generaciones con intereses de LEBACS que paga y pagará la sociedad toda… pero “la culpa es de la Kretina”, repiten despectivos.
 Se quejaban de que el problema del pago a los buitres (resto, ése sí, heredado de las décadas de endeudamiento desde la dictadura al menemato y el gobierno de la Alianza) era que habían fijado sede judicial en Nueva York, entonces, “había que pagar”, insistían. Así, prestos, pagaron; además retomaron el endeudamiento a un ritmo y cantidad nunca vistos, en proporciones impagables, y ¿dónde fijaron jurisdicción?: en las guaridas judiciales de los prestamistas que tanto los indignaban. Los buitres no sólo han cobrado, sino que están en el gobierno, imponen sus condiciones y repiten por sus innumerables bocas de emisión mediática de mentiras que es un sacrificio necesario que debe hacer la población por 12 años de despilfarro.
Y muchos les creen o es lo único que escuchan como para construirse alguna idea acerca de la verdad de las cosas.
 Éso en un país donde han desaparecido de los grandes espacios de acceso a la información casi todas las voces críticas serias; la libertad de empresa periodística se ha devorado la libertad de prensa y el derecho a la información.
Al tiempo que pensar exige un esfuerzo mental al que el psiquismo suele resistirse, el gobierno propone un país de personas embrutecidas al vértigo de Lanatas, Majules, Leucos, Moros, Fantinos, Susanas Legranes y Mirthas Giménez, con sonrisas de plastilina y corazones inyectados de odio.
 El vacío, la mentira, la banalidad y la estulticia, reinan.
Basta de pensamiento crítico, repiten algunos de sus ideólogos; pensamiento positivo… pensamiento pro… pensamiento que garantice que nadie vea la destrucción que realizan… “porque se robaron todo, viste”.
Embrutecimiento y balas, gas pimienta y palos para jubilados, diputados, familiares de las víctimas del ARA San Juan, y todo lo que se mueva.
 Y además, cinismo a toda prueba: “no vamos a responder con violencia a la violencia”, sentencia Carrió mientras el martilleo de las balas la acompaña, mientras los diputados exponen en el recinto las cápsulas servidas que gendarmería dispara a mansalva en la calle, seguramente porque los argentinos estamos “asqueados y hartos de la violencia,” “porque la paz está entre nuestros valores principales”, dice Marcos Peña en su conferencia de prensa.
Su capacidad de mentir no tiene límites.
“Pero todo lo que ocurre es por el despilfarro anterior”, argumentan.
 Las 2000 escuelas construidas… despilfarro.
 Las universidades creadas, despilfarro. La recuperación científica, los satélites del ARSAT… despilfarro.
La histórica terminación de Atucha… despilfarro.
 Que la población cubierta por una jubilación que se iba reajustando por encima de la inflación llegara al 97% de la población... despilfarro.
Salarios por lo general al alza en el contexto de paritarias libres, asignación universal por hijo… despilfarro.
 Planes sanitarios odontológicos, distribución gratuita de medicamentos, de prevención de la violencia, de prevención sexual, cunas para bebés, computadoras gratis para los chicos, despilfarro. La lista de acciones que habían hecho del nuestro un país bastante más vivible para las mayorías en un mundo cada vez menos vivible para las mayorías, es enorme.
 Frente a ello, la violencia simbólica no deja ejercerse sobre la mente de la población y las usinas de la mentira y la lobotomización subjetiva no paran de descalificar esas conquistas sociales usando hasta el hartazgo los posibles delitos que puedan haber sido cometidos, los errores o las muchas cosas pendientes que se le pueden criticar al gobierno anterior, al tiempo que ocultan la inmensa cantidad de ilícitos que, por minuto, este gobierno va acumulando, en todos sus niveles.
 Desde los " Panamá o Paradise papers" hasta la ocupación desenfrenada de puestos públicos por familiares y amigos sin ninguna formación en las áreas en que actúan, con sueldos enormes; todo está impregnado de corrupción estructural y sistemática.
 Desde las más altas a las más bajas esferas, desde lo macro a lo micro, todo lo es, en este gobierno que tiene la anticorrupción y la transparencia siempre lista para cualquier discurso pleno de hipocresía.
 Cualquier enriquecimiento que se pudiera comprobar del gobierno anterior es una propina al lado de lo que este gobierno acumula de saqueo de las arcas públicas y del bolsillo ciudadano en apenas dos años.
 Sin olvidar que cuando fueron por la rosadita de Baez encontraron las empresas de Macri, cuando fueron por los bolsos de López se encontraron que el tipo vivía en casa de un aportante del Pro, que cuando fueron a buscar la ruta del dinero K, se encontraron con el escándalo internacional de la ruta del dinero M en las guaridas "offshore" , y cuando comprobaron las coimas cobradas por Jaime hallaron que las pagaba la constructora del actual presidente.
Ocuparon el Estado para destruirlo, para que nada controle su histórico y permanente accionar delictivo.
Pero también ocuparon la mente de un amplio sector de la población que repite lo que escucha de modo acrítico y que siente su orgullo herido si alguien se lo muestra.
 Quien ha votado ha Macri suele no aguantar el espejo, y se retira molesto si alguien menciona las miserias de su gobierno.
 El debate suele ser imposible.
Pero, además, el debate económico resulta cada vez más difícil porque la democracia legitimada por el voto ha tomado un formato definido por el terror que se suele denominar “Estado de excepción”. Los trabajadores aterrorizados por la desocupación aceptan que se les conculquen los derechos. Los miembros del poder judicial que asisten a la decisión del gobierno de buscar maneras de echar a todos los jueces que puedan emitir cualquier fallo contrario a sus intereses, viven bajo el estado de amenaza.
Los políticos de la llamada oposición, cuando no son directamente el brazo macrista dentro de ella, son chantajeados o amenazados.
 Un chico escribe en facebook una bravata de tono futbolero contra la vida del presidente, con dos likes y un no me gusta, es decir: ¡tres seguidores!, y es buscado y procesado al igual que cualquiera que intervenga en las redes con tonos que discrecionalmente se consideren amenazas.
 Se olvida que fue Macri quien dijo ante todas las cámaras del país que a Nestor Kirchner había que tirarlo del tren sin que a ningún miembro del gobierno anterior se le ocurriera tomar esas bravuconadas promotoras del odio como amenazas judicializables y procesarlo por llamado al magnicidio.
Cualquier excusa sirve para justificar políticas represivas y juicios amañados que permiten detenciones ya condenadas en el plano internacional, como la de Milagro Sala y tantas otras, en diversos puntos del país, desde el comienzo mismo de la gestión.
 Las manifestaciones de protesta se han llenado de provocadores que primero tiran piedras y luego salen a detener manifestantes con la misma cara cubierta con que las tiraron.
 Se busca intimidar y convencer simultáneamente.
 De la mano de los medios repiten el espectáculo montado.
 Intimidar a los que asisten y hacerlos responsables de los desmanes que mayoritariamente las mismas fuerzas de seguridad provocan, al tiempo que se caza a los participantes (incluso con disparos a quemarropa como a un diputado del FIT en Neuquén, o a golpe de gas pimienta y palos como hicieron en el congreso con varios diputados del espacio kirchnerista, de Libres del Sur o del Evita) y se acusa a gente que ni siquiera estuvo en el lugar en que se dice.
“Pero la oposición es violenta, son diputados piqueteros” se victimizan en una ciudad ocupada por un ejército de robocops armados hasta los dientes con hidrantes y carros de guerra.
La arbitrariedad policial, judicial y mediática alcanza su clímax letal en el asesinato de Santiago Maldonado o, por lo menos, la participación pasiva en su muerte por parte de gendarmería en un operativo colosal contra un grupo de 7 tipos armados con boleadoras, acerca del cual la ministra Bullrich mintió de modo explícito desde el comienzo. 
Pero como parece que no hay indicios de daño físico, se pretende que se ahogó solo, practicando natación, como tantos ironizan, y se oculta que Santiago Maldonado murió en el contexto de esa represión, aunque se ignore (y se busque ignorar) la forma en que se produjo.
 Rafael Nahuel es literalmente baleado desde la ruta y el bosque ante el estupor de turistas que resultan testigos y el gobierno dice que las fuerzas de seguridad actuaron en defensa propia, seguramente de tan asqueados de la violencia como están. Ni armas, ni huellas de pólvora, ni vainas que no fueran las de 9mm de los servicios de seguridad, ni nada similar en el cuerpo de la víctima atravesado por una bala por la espalda. No sabemos qué nuevo crimen podrán cometer mañana.
Pero el peligro es el RAM, lo que algunos mercenarios de la prensa llamaron el ISIS argentino…tal vez porque comparte las sospechas de que pudo haber sido creado por los servicios secretos de EEUU. No importa que desde el obispado de Bariloche hasta todas las comunidades mapuches nadie reconozca la existencia de siquiera rastros del RAM, excepto una página web con sede en Londres de la que nadie sabe nada. Pero para crear el Estado de terror, es decir, el de un Estado que aterroriza como modo de construir política, hay que tener un terrorista; de ser necesario, hay que crearlo. Puede ser una producción tan surrealista como lo es la de un grupo de mapuches, asociado con kurdos, iraníes y venezolanos, armados con armas tan pesadas como boleadoras, hoces y guadañas de labranza, que se protegen con sofisticados chalecos antibala tejidos en telares de madera. “Esos mapuches son terroristas muy peligrosos”, dice impunemente el presidente y repiten sus voceros, sin que se les mueva un pelo ante tamaño embuste.
 Por eso, rompiendo con toda la lógica y los principios que rigen el sistema legal argentino, el gobierno plantea que la palabra de la fuerza del Estado vale más y no puede ser a priori discutida.
 Si gendarmería dispara, por algo será.
 En la Argentina de Macri se ha invertido el orden de la prueba. Hay que darle la derecha a fuerzas del orden, nos dicen Bullrich y la vicepresidenta.
 “Los argentinos somos derechos y humanos” decían en otra época quienes argumentaban lo mismo. Tiraban desde los aviones los derechos humanos pero no perdían oportunidad de invocarlos sin vergüenza como hoy hacen Macri y Avruj.
Así, el terror ha llegado al clima de inquisición que reina (hasta los asistentes extranjeros acreditados a la reunión de la OMC que fueron deportados desde Ezeiza apenas llegar, como no se hizo nunca antes en otro país, provocando la reacción hasta de máximas autoridades de la Unión Europea, lo comprueban).
 Ante el Gran Tribunal inquisitorial los acusados tienen que demostrar su inocencia de crímenes que ni siquiera se cometieron y, por los cuales, se los detiene de modos humillantes y aleccionadores (y en los casos de los detenidos en Congreso, sin permitirles siquiera que sus abogados supiesen de qué se los acusa).
 La detención humilla al que la padece pero además avisa a toda la oposición política y a los militantes sociales lo que puede ocurrirles en caso de no colaborar.
Los linchamientos mediáticos, con aportes de los jueces de “justicia ilegítima”, propagan un terror insidioso que evoca las épocas dictatoriales, pero con el voto popular como aval.
 El monstruo puede ser el RAM, el kirchnerismo o ahora la izquierda, el asunto es construir el monstruo para que la sociedad permanezca atenta a sus devenires y ni se percate de los crímenes económicos, sociales y personales que desde el gobierno se cometen a diario.
 Ésa ha sido desde su origen la lógica de la construcción mediática de la grieta.
 Su ensañamiento con el kirchnerismo no se debe a sus errores o límites políticos (cada cual podrá tener su opinión), sino a sus aciertos.
Los psicoanalistas autoconvocados somos trabajadores de la salud mental.
Sabemos de los modos deletéreos que para el psiquismo tiene el terror, la angustia insidiosa, la falta de esperanzas, la ruptura de los lazos sociales que tejen una malla solidaria imprescindible para alojar el desamparo estructural y coyuntural de lo humano, ante la injusticia o la mentira cotidiana.
Por eso expresamos que este gobierno además de ejercer un modo activo de destrucción de las condiciones básicas para que la salud mental se pueda producir, además de mostrar una absoluta ausencia de empatía con cualquier tipo de dolor que no sea el de sus negocios (como lo demostraron ante los familiares de las víctimas del ARA San Juan) también lo hace de modo específico cuando en el marco de su política general de avasallamiento de derechos pretende avanzar sobre la ley de salud mental que años de trabajo y lucha llevó gestar y que es un ejemplo en la región y el mundo.
 Del mismo modo que en país se pretende volver a condiciones de 70 años atrás, y en las laborales de comienzos del siglo xx, en salud mental se pretende retrasar la historia 50 años.
 Los poderosos intereses de los laboratorios farmacéuticos y las técnicas neoconductistas de control mental como modo de sometimiento subjetivo pretenden tomar en sus manos todo el campo de la salud mental y la vida cotidiana: una apropiación de lo psíquico hasta en los mínimos detalles. Esa imposible ambición positivista los mueve en el interior de una sociedad controlada por algoritmos bien diseñados.
Nuestro diagnóstico de dos años atrás no fue ninguna campaña del miedo, fue el simple análisis de un conglomerado político, económico y social que históricamente ha gobernado y destruido nuestro país (a veces, vistiendo las ropas de los partidos llamados populares como el radicalismo y el justicialismo) pero que siempre se ha opuesto a los idearios populares que esos partidos pudieran tener.
 Ahora llegaron gritando cambiemos de la mano de uno de ellos, y pretenden quedarse y llevar adelante sus políticas apoyados por los defensores históricos del modelo llamado neoliberal que el menemismo implicó, en el otro.
 Habituarse a una sociedad con derechos cada vez más reducidos; sin posibilidades de libertad de prensa porque la prensa la atienden los dueños del país; en la que matar primero y preguntar después, o condenar primero y juzgar después se ha transformado en práctica cotidiana; donde los jubilados pueden “bajar sus ingresos pero no poder adquisitivo”, según dijo sin rubor el diputado a cargo de todas las acciones de presión judicial que en el país se realizan; en la que se pretende imponer condiciones de trabajo cuasi esclavo; en la que el voto electrónico manejable sólo por expertos en sofisticadas tecnologías, sea un modo de garantizar transparencia, todas estas cosas son indudables indicios de cambio.
 Pero pasar de sano a enfermo también lo es.
 La sociedad argentina ha dado ese paso hacia un destino suicida.
 En la lucha contra este modelo de cambio está la posibilidad de sobrevida.
A ese cambio mortífero nos oponemos. A ese cambio mortífero una parte importante de la sociedad movilizada ha demostrado su voluntad de oponerse frente al Congreso de la Nación y con sus cacerolas en diversas calles de todo el país. Por recuperar las mejores tradiciones sociales, humanitarias y éticas de este país, jalonadas todas ellas de luchas históricas, creemos imprescindible hacerle frente a estos cambios oprobiosos para la nación actual y las nuevas generaciones.
 Basta de avanzar en la legitimación del terror con la supuesta legitimidad del voto.
 Basta de pensar con lo que los medios inoculan segundo a segundo.
Es hora de recuperar la posibilidad de pensar sin anteojeras.
Detener militantes políticos, militantes sociales, simples ciudadanos que expresan su opinión, sean exfuncionarios o ciudadanos de a pie, trabajadores de Pepsico o expresidentas, mapuches, criollos o inmigrantes, es lo más alejado de una sociedad democrática que se pueda concebir.
Los derechos humanos no son un curro, ni significantes vacíos que se proclaman ante las cámaras mientras se destruyen en la realidad bajo la bota militar de la gendarmería, son la más rica herencia que la revolución francesa nos dejó como estandarte de libertad a la humanidad entera y que Madres y Abuelas supieron mantener altas en nuestras tierras de acuerdo a las exigencias de los tiempos. Una bandera, no lo olvidamos, que peligra en el mundo entero de la mano criminal de corporaciones multinacionales desbordadas de codicia y una infinita capacidad de mentir.
Psicoanalistas autoconvocados. Diciembre de 2017

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