PORTACIÓN DE CARA
Marcelo Valko
Hace casi medio siglo, Michel Foucault escribió un texto notable llamado Vigilar y Castigar. Allí cuenta distintos mecanismos utilizados desde la Edad Media a la Edad Moderna en los sistemas penales. Entre otros temas me interesa cuando se centra en el panóptico, una estructura que vigila desde lo alto y puede impedir el crimen antes que se produzca y castigar al delincuente, una especie de práctico ojo de Dios. Hace pocos días publiqué en Resumen Latinoamericano, Cronicon (Colombia), El Independiente (El Salvador) y Unir (Ecuador) “El otro sobra” donde menciono la tristemente célebre “portación de cara” que propagó como reguero de pólvora el criminalista Cesar Lombroso en el último cuarto del siglo XIX y para demostrar que en nuestro país hay nostálgicos de aquel pasado a raíz de la marcha realizada el martes 1° de febrero frente al Palacio de Tribunales el Subsecretario del Ministerio de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires Juan Pablo Arenaza realiza el siguiente comentario “Mamita que caripelas en la marcha mínimo te quedas sin cel” que esta nota acompaña con una captura de pantalla.
El funcionario de Larreta reproduce sin querer queriendo o quizás queriendo sin querer la máxima del “científico” César Lombroso que aludía a que se puede identificar a un criminar por sus rasgos faciales, lo que comúnmente traduce nuestra “actualizada” policía como “portación de cara”. Ahora bien ¿cómo llegó el criminólogo a tan sesuda conclusión? Muy simple observando cerebros de anarquistas, prostitutas y delincuentes… Más allá de la cara que todos portamos, para Lombroso el quid de la cuestión radicaba en las circunvalaciones cerebrales que luego expresan un determinado rostro. Imagínense, basta analizar la portación de cara y antes que delinca: lo encerramos.
Un negocio redondo del Vigilar y Castigar. Precisamente en 1876 Lombroso escribe el desopilante El hombre blanco y el hombre de color y poco después El hombre delincuente uno de los libros más influyentes del último cuarto del siglo XIX donde desarrolla la “teoría del delincuente nato y demuestra las causas fisiológicas y genéticas que predisponen al crimen”.
Casi veinte años después publica Los Anarquistas donde cataloga dicha ideología como una aberración cerebral que los “hace locos o criminales y muchas veces ambas cosas”.
Incluso afirma que un juez penal le suministró un dato contundente “No he visto todavía un anarquista que no sea imperfecto o jorobado, ni he visto ninguno cuya cara sea simétrica”. Años después “los sabios franquistas” buscarán el gen rojo que portan los republicanos marxistas y anarquistas…
Pese a que en Europa a principios del siglo XX sus doctrinas cayeron en desuso y fueron descartadas, aún hoy en día existen numerosos adeptos “de la portación de rostro” como lo prueba Juan Pablo Arenaza Subsecretario del Ministerio de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires con su Twitter vigilando las “caripelas” de la marcha y previendo desde ya que el menor delito que están a punto de cometer es el robo de un celular.
Traduciendo, hay que estar contento si los manifestantes solo te roban el teléfono.
Pasó tanta agua bajo el puente de la historia y nosotros parecemos empantanados siempre en los mismos charcos. ¿Se imaginan un funcionario de su jerarquía acusando al voleo a los participantes de una marcha por el motivo que fuese en Europa o EEUU cuando su única prueba es la portación de cara de los participantes?
Buenos Aires no solo es la capital de un país sino una de las ciudades hispanoparlantes más grandes del mundo y tenemos esta mediocridad para Vigilar y Castigar…
Igual, nosotros estamos aquí, y aunque es lento, viene, es lento pero viene…
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