El fotógrafo franco-suizo René Robert murió congelado en las calles de París, tras caerse y pasar toda la noche tirado, cerca de la céntrica Plaza de la República. Pasaron nueve horas hasta que una mujer avisó a los servicios de emergencias, pero para entonces el reconocido artista de 84 años, que había salido a dar una vuelta, ya había fallecido. “Estuvo solo, en el suelo, consciente, al menos durante las primeras cinco o seis horas, en uno de los barrios más concurridos de París, sin que nadie viera oportuno intervenir”, lamentó su amigo, el periodista Michel Mompontet. “Fue asesinado por la indiferencia”, concluyó.
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Ocurrió en París pero pasa con frecuencia en cualquier parte del mundo.
La indiferencia se naturaliza en forma cada vez más evidente
ante hechos de esta índole.
Parece que el " otro " es un objeto y no un sujeto.
La mano que se tiende para ayudar, la empatía, la fraternidad
se ausentan y dan paso a un mundo cada vez mas robotizado e indolente.
Parece que " todo lo humano " se desvanece sin remedio.
Indiferencia. Apatía. Insensibilidad.
La falta de humanidad mata.
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