«A veces es preciso cerrar los ojos
para ver mejor».
José Martí.
"No lloremos a nuestros muertos.
Antes, hagamos que resuciten en la persistencia de nuestros sueños, en la valentía de nuestra lucha, en la alegría de nuestras conquistas.
No lloremos por los que murieron de pie.
Murieron, pero no perdieron la vida.
Prueba de ello es que hoy son, para tantos, ejemplos y paradigmas.
No lloremos, porque los muertos, guían a los vivos.
Lloremos, sí, por los que desertaron de la lucha, se dejaron seducir por los encantos del sistema capitalista, se acomodaron para no perder el plato de lentejas de una migaja de poder, de riqueza o de buena reputación entre las élites.
Lloremos por nuestras flaquezas, nuestras cobardías, nuestra incapacidad para oír el clamor de los pobres y el grito de los oprimidos.
Vivan nuestros muertos en las opciones más consecuentes de nuestras vidas.
Porque morir es inevitable.
Pero vivir es un desafío cuyo sentido se deriva de la razón que les imprimimos a nuestros días.
Vale la pena vivir para que, en el futuro, ningún ser humano muera antes de tiempo y para que, mientras viva, pueda saborear los más preciados bienes del espíritu, del arte y del amor."
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