Yo los vi apilados en celdas imposibles.
Con los rostros hinchados y escupiendo sangre joven en las mazorcas del siglo 19.
Yo los vi con tuberculosis,con sida sin tratamiento, con hambre casi siempre.
Yo los vi procesados sin sentencias firmes.
Yo los vi volando de fiebre y volando de pastillas y muriendo por un churrasco mugroso en el medio del patio o atravesados con un arpón contra el pasaplatos.
Yo los vi queriendo salir a estudiar y yo los vi queriendo salir a trabajar. Yo los vi queriendo hacer "conducta" en el medio del infierno.
Yo los vi morirse de calor arriba de un camión de traslado, los vi vomitando neumonías en pleno invierno con la celda llena de mierda y abandono.
Yo los vi llorar por sus hijos, sus padres y por ellos mismos también.
Yo los vi cuando pidieron una soga para salir del fango y les tiraron una soga para ahorcarse.
Yo los vi ahorcados.
Yo los vi niños en el tren, niños abriendo puertas de taxi, niños corriendo para que no los lastimen, niños sobreviviendo.
Yo los vi pidiendo clemencia y recibiendo represión.
Entonces, ahora, es el momento de verlos resistir.
Porque aunque usted no lo crea, no lo sienta o le de náusea, un preso también es humano.
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