"Cien mil almas desbordaron Avellaneda para presenciar el concierto gratuito de Silvio Rodríguez. Mayoritariamente jóvenes, llegados y llegadas desde distintas localidades del Gran Buenos Aires, la Capital y hasta del Uruguay.
Pero también había muchos “adultos y adultas mayores”, setentistas, rebeldes aún y tanto, que se conmovieron hasta las lágrimas con varios de los temas histórico del inmenso trovador cubano-universal.
Fue una fiesta en medio de un continente que vira catastróficamente a la derecha, que en Brasil aplaude a los militares y vota a Bolsonaro.
Pero no les va a alcanzar con tanto cambio de clima y de banderas,
Silvio sigue cantando y emocionando.
Y con eso carga pilas la humanidad para cuando menos se lo imaginen, aplastar al fascismo y sus secuaces.
Todavía cantamos…"
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