siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras,
y siguen condenados a la negación de su identidad diferente.
Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera,
se les sigue negando el derecho de ser.
Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos.
Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso.
Sin embargo, en esa identidad prohibida y despreciada
fulguran todavía algunas claves de otra América posible.
América, ciega de racismo, no las ve."
EDUARDO GALEANO.
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