"La grieta existió siempre, estaba oculta con revistas
y discos de música sin fe ni sangre.
Al fondo, hay cadáveres. En la superficie, llanto
Lo que no se entiende se desprecia, la ignorancia se convierte en odio.
La Revolución de la Alegría no es un error de la historia,
es el resultado de esta cultura vaciada, que aplaude la estupidez
y castiga el conocimiento,
que prefiere el silencio antes que la pregunta.
No quiero que a mi hijo le enseñen en la escuela lo que significa
un desaparecido en democracia,
no quiero que sepa o pretenda saber más que yo,
no quiero que realice preguntas que yo no pueda o sepa contestar.
No quiero saber dónde está Santiago Maldonado.
La necedad es lo más cómodo,
lo más fácil,
y desde los medios masivos
se lo aplaude y estimula: resulta más "cool" reclamar por paredes limpias
que por crímenes atroces.
No sólamente somos miles de ciudadanos reclamando
por la aparición con vida de un joven desaparecido por gendarmería,
también somos el ciudadano que se excita
ante las imágenes de la policía ocupando la ciudad,
que pide represión,
que pide balas,
que exige sangre,
la eliminación del que piensa diferente.
La Revolución de la Alegría es, irónicamente,
la materialización del odio político que ha flotado
en la cultura argentina en el último siglo.
De un lado y del otro de la grieta, somos responsables
de este odio nacional que nos arrastra hacia el abismo.
Pero sobre todo somos responsables si ignoramos
la sensibilidad humana,
la búsqueda de una madre que no sabe dónde está su hijo,
y que sufre en la impotencia de saber que quienes deberían buscarlo también son
cómplices de su desaparición.
cómplices de su desaparición.
Falla esa sensibilidad humana en primer lugar,
y la capacidad de repensar los sucesos que involucran a toda la sociedad,
en segundo lugar.
Falla el corazón de la cultura argentina.
Confundidos entre los discursos partidarios y la realidad,
entre la infamia y la esperanza,
hoy somos la desaparición física de Santiago Maldonado,
hoy somos la tristeza de esa familia,
y la ausencia que hiere a una sociedad entera."
Alejandro Eloy Rodríguez.
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