Váyase de la mierda, Lanata: Hoy vomitó la garganta de Clarín, sí, por fin. Mirá, ahí está, bien desparramada su verdadera esencia, toda chorreada entre la apariencia y sus lujos, por otra nauseabunda catarata de flujos que cayó sobre un fiasco y una simple charlita. Un asco, ¡mejor guardarlos en una bolsita! Pero pará, bancá, antes chusmealos. Son repugnantes, ok,…
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