Puede que la distinguida colega acierte, pero más allá de esa visión de clase media porteña que analiza sujetos por arriba o mandándolos al analista se podía esperar una opinión menos generosa.
Porque la palabra incumplida es marca ejemplar de este gobernante cuyos esbirros (en el sentido de la cuarta acepción del vocablo: “Secuaz a sueldo o movido por interés”) están causando daños políticos y sociales ilimitados.
Como ilimitados son los objetivos finales de la máquina ideológica llamada “Cambiemos”, que se apoderó del estado argentino por obra y gracia de la mentira y la confusión mediática que llevó a millones de compatriotas a votar en contra de sus propios intereses.
Seguramente a esas mayorías hoy les importa un pito la etiología burguesa empresarial del presidente, pero sí les interesa lo que ven y padecen a diario: decisiones antinacionales y antipopulares; mentiras y promesas incumplidas y el ocultamiento contumaz de negocios turbios y cuentas offshore cargadas de millones de dólares que ahora él mismo ha logrado que el Congreso blanquee, con la complicidad de la gran mayoría del espectro político.
Dado el tremendo daño social que está causando el gobierno, cabe soslayar debates burgueses para centrarse, mejor, en el único plano en que estos tipos deben ser considerados: el moral, que es el único tribunal que desnuda propósitos y miserias.
Y en el que Ceos y funcionarios, amigos íntimos y operadores, de éste y de todos los gobiernos, quedan con el culo al aire .
Mempo Giardinelli
Fuente : Página 12.
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