“Por aquí, Dios no pasó”
Atahualpa Yupanqui.
"Digan lo que digan, estas tierras –más de tres millones de hectáreas– fueron vendidas con los aborígenes dentro.
Son varios miles y están ahí desde siempre, pero no tienen títulos, papeles, ni saben cómo conseguirlos.
Los amigos del poder sí los tienen, y los hacen valer.
El resultado es la devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala, las especies animales desaparecen, se extinguen.
Los seres humanos también.
Y aunque algunas buenas almas urbanas digan lo contrario, y se escandalicen ciertas dirigencias, en el ahora ex Impenetrable chaqueño palabras duras como exterminio o genocidio tienen vigencia.
Desfilan ante nuestros ojos enfermos de tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que sólo han comido harina mojada en agua, rodeados de perros flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños. Se llaman Margarita, Nazario, Abraham, María y lo mismo da.
Involuntariamente irónico, evoco a Yupanqui: “Por aquí, Dios no pasó”.
Mempo Giardinelli.
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