29/12/15

"Ideas". Galeano.



Un caso muy común

Doña Chila Monti ya tenía unos cuantos años y estaba más cerca del arpa que de la guitarra.
 Bien lo sabía su hijo Horacio, pero se pegó tremendo susto cuando la vio como la vio: las manos tembleques, los ojos salidos, las piernas flojas que no podían caminar...
-¿Qué pasó? ¿Qué pasó?-, preguntó el hijo.
 Y la madre con un resto de voz, la poca voz que le quedaba, alcanzó a musitar:
- “Me robaron”. El hijo quiso saber qué cosas le habían robado.
 Y ahí ella pegó un salto y resucitó, furiosa, indignadísima:
 -“Vos bien sabés que no tengo nada yo, ¿Qué cosas me iban a robar? ¡Ninguna! Cómo se te ocurre semejante barbaridad...¿Tengo cosas yo? Bien sabe Dios que cuando me llegue la hora subiré sin nada...”
- Bueno, bueno- dijo Horacio- pero si decís que te robaron...
- “Sí, me robaron”
- ¿Y qué se llevaron?
- “Las ideas”.

...........

Yo, mutilado capilar

Los peluqueros me humillan cobrándome la mitad. 
Cada pelo que pierdo, cada uno de mis últimos cabellos es un compañero que cae y que antes de caer ha tenido nombre o por lo menos número.

Me consuelo recordando la frase de un amigo piadoso que me dijo alguna vez:
- “Si el pelo fuera importante estaría adentro de la cabeza, no afuera”.
Y también me consuelo comprobando que en todos estos años se me ha caído mucho pelo... pero ninguna idea...
 Lo que es una ventaja si se compara con tanto arrepentido que anda por ahí.

EDUARDO GALEANO

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