Los pemones de la Gran Sabana llaman al rocío
chiriké-yeetakuú, que significa saliva de las estrellas,
a las lágrimas enú-parupué, que quiere decir guarapo de los ojos
y al corazón yewán-enapué: semilla del vientre.
Los waraos del delta del Orinoco
dicen mejokoji (el sol del pecho) para nombrar al alma.
Para decir amigo dicen ma-jokaraisa: mi otro corazón.
Y para decir olvidar dicen
emonikitane, que quiere decir perdonar.
Los muy tontos no saben lo que dicen.
Para decir tierra dicen madre.
Para decir madre dicen ternura.
Para decir ternura dicen entrega.
Tienen tal confusión de sentimientos
que con toda razón
las buenas gentes que somos
los llamamos salvajes .
Gustavo Pereira.
Escritor venezolano .
Gran defensor de las culturas de los pueblos originarios.
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