25/3/20

" La tristeza". Alejandro Dolina.

"Cuanto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene
 de cruzarse con la tristeza.
 Por eso, las exhortaciones a la alegría suelen proponer la interrupción
 del pensamiento: "es mejor no pensar...".
 No está mal ser triste, señora.
 El que se entristece se humilla, se rebaja, abandona el orgullo.
 Quien está triste se ensimisma, piensa. 
La tristeza es hija y madre de la meditación.
 Aprovecho para confesarle que suelo elegir a mis amigos entre la gente triste.
 Y no vaya a creer que nuestras reuniones consisten en charlas lacrimógenas.
 Nada de eso: concurrimos a bailongos atorrantes, amanecemos en lugares desconocidos, 
cantamos canciones puercas, nos enamoramos de mujeres desvergonzadas
 que revolean el escote y hacemos sonar los timbres de las casas para luego darnos a la fuga.
 Los muchachos tristes nos reímos mucho, le aseguro. 
Pero eso sí: a veces, mientras corremos entre carcajadas, 
perseguidos por las víctimas de nuestras ingeniosas bromas,
 necesitamos ver un gesto sombrío y fraternal en el amigo que marcha a nuestro lado.
 Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre.
 Es el gesto que significa "atención muchachos, que no me he olvidado de nada".

Alejandro Dolina.

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