15/2/16

"Luz". -Almafuerte -

Tú tienes, para mí, todo lo bello
que cielo, tierra y corazón abarcan;
la atracción estelar ¡de esas estrellas
que atraen como  lágrimas!

La sinfonía sacra de los seres,
los vientos, los bosques y las aguas,
en el lenguaje mudo de tus ojos
que, mirándome, hablan.

Los atrevidos rasgos de las cumbres
que la celeste inmensidad asaltan,
en las gentiles curvas de tu seno...
¡oh, colina sagrada!

Y el desdeñoso arrastre de las olas
sobre los verdes juncos y las algas,
en el raudo vagar de tu memoria
por mi vida de paria.

Yo tengo, para ti, todo lo noble
que cielo, tierra y corazón abarcan;
el calor de los soles, ¡de los soles
que, como yo, te aman!

El gemido profundo de las ondas
que mueren a tus pies sobre la playa...

La castidad celeste de los besos
de tu madre bendita, en la mañana,
en la caricia augusta con que tierna
te circunda mi alma.

¡Tu tienes, para mí todo lo bello;
yo tengo para ti, todo lo que ama;
tú, para mí, la luz que resplandece,
yo, para ti, sus llamas!

Almafuerte

-Pedro Bonifacio Palacios -

Pedro Bonifacio Palacios, consagrado con el seudónimo Almafuerte, nació en la ciudad de San Justo, Provincia de Buenos Aires, el 13 de mayo de 1854. Muerta su madre y abandonado por su padre siendo un niño, la crianza del poeta quedó a cargo de familiares.
Amante de la pintura, solicitó una beca oficial para perfeccionarse en Europa, pero le fue negada. Se dedicó a la enseñanza en la  provincia de Buenos Aires, a pesar de no tener título habilitante.

Su enseñanza buscaba abrir un panorama espiritual en sus alumnos, más que la mera acumulación de conocimientos.

Durante su vida adoptó cinco chicos.

 No aceptó ningún empleo público, ya que criticaba a quienes vivían a expensas de los impuestos de la gente, razón que le trajo continuos problemas económicos.

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