"El arte es un intento de llegar al mismo centro de la verdad.
Nunca puede, pero es capaz de acercarse bastante"
Kiefer
Tal vez el ejemplo más claro de esta actitud sea su polémica serie de fotos y pinturas titulada Heroische Sinnbilder (Símbolos heroicos), desarrollada desde finales de los años sesenta a principios de los setenta. En ella, rescataba de la memoria en escenarios de toda Europa, el papel de la ocupación del nazismo y también la actitud simpatizante y colaboracionista de países que después quisieron borrar con premura todo rastro de admiración hacia el Tercer Reich.
Una de las mayores retrospectivas de la obra del autor reúne piezas procedentes de museos y colecciones privadas en un repaso cronológico a cuatro décadas de trayectoria de uno de los artistas que con mayor fuerza representan el trauma de la historia sobre quienes la viven.
Cenizas de campos de exterminio El conjunto refleja las inquietudes de una mente creativa que ha sabido mezclar (con pinturas, fotografías y esculturas a las que ha añadido materiales tan diversos como ceniza, plomo, tierra, tela o flores secas) una compleja herencia nacional con la mitología, el Antiguo y el Nuevo Testamento, la Cábala, la alquimia, la filosofía y la difícil relación entre el arte y la espiritualidad.
"El arte es un intento de llegar al mismo centro de la verdad. Nunca puede, pero es capaz de acercarse bastante", declara Kiefer.
La sensación de expiación y tragedia que comunican las piezas monumentales es incluso mayor en las obras que dedica al poeta Paul Celan (1920-1970), superviviente de un campo de concentración y autor de Todesfugue (La fuga de la muerte), uno de los poemas más desgarradores de la literatura del Holocausto, compuesto el mismo año que nació Kiefer.
Para su cuadro “Margarethe” se inspiró en uno de los poemas más famosos de Paul Celan, “Todesfuge” (Fuga de la muerte), uno de tantos que el poeta escribió tras su experiencia durante el holocausto.
El artista rocía los cuadros de ceniza y hace visibles las palabras de Celan, que se refiere al humo negro de las chimeneas de los campos de exterminio y a la abundante ceniza que resultaba de las pilas de cadáveres quemados.
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