17/10/14

No me llames extranjero. Rafael Amor

"El hambre no avisa nunca,
 vive cambiando de dueño."
No me llames extranjero, porque haya nacido lejos,
O por que tenga otro nombre la tierra de donde vengo
No me llames extranjero, porque fue distinto el seno
O porque acunó mi infancia otro idioma de los cuentos,
No me llames extranjero si en el amor de una madre,
Tuvimos la misma luz en el canto y en el beso,
No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo,
Mejor saber dónde vamos, a dónde nos lleva el tiempo,
No me llames extranjero, porque tu pan y tu fuego,
calman mi hambre y mi frío, y me cobije tu techo,
No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego.
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero porque me trajo un camino,
Porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares,
Y zarpé un día de otro puerto, si siempre quedan iguales en el
adiós los pañuelos, y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos
No me llames extranjero, traemos el mismo grito,
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños.


No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo.
Y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.
RAFAEL AMOR

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