14/10/14

Evo.

Evo dedicó el triunfo electoral a Fidel Castro, a Hugo Chávez y a todos los gobiernos"antiimperialistas" del mundo
La aplastante victoria de Evo Morales tiene una explicación muy sencilla: ganó porque su gobierno ha sido, sin duda alguna, el mejor de la convulsionada historia de Bolivia. “Mejor” quiere decir, por supuesto, que hizo realidad la gran promesa, tantas veces incumplida, de toda democracia: garantizar el bienestar material y espiritual de las grandes mayorías nacionales, de esa heterogénea masa plebeya oprimida, explotada y humillada por siglos.
 No se exagera un ápice si se dice que Evo es el parteaguas de la historia boliviana: hay una Bolivia antes de su gobierno y otra, distinta y mejor, a partir de su llegada al Palacio Quemado. Esta nueva Bolivia, cristalizada en el estado plurinacional, enterró definitivamente a la otra: colonial, racista, elitista, que nada ni nadie podrá resucitar.
 Con Evo se desencadena una verdadera revolución política y social cuyo signo más sobresaliente es la instauración, por primera vez en la historia boliviana, de un gobierno de los movimientos sociales. La extrema pobreza bajó del 39 por ciento en el 2005 al 18 por ciento en 2013, y existe la meta de erradicarla por completo para el año 2025.
Evo continuará en el Palacio Quemado hasta el 2020, momento en que su proyecto refundacional habrá pasado el punto de no retorno. Queda por confirmar si retiene la mayoría de los dos tercios en el Congreso, lo que haría posible aprobar una reforma constitucional que le abriría la posibilidad de una re-reelección indefinida. No faltarán quienes pongan el grito en el cielo acusando al presidente boliviano de dictador o de pretender perpetuarse en el poder. Voces hipócritas y falsamente democráticas que jamás manifestaron esa preocupación por los 16 años de gestión de Helmut Kohl en Alemania, o los 14 del lobbista de las transnacionales españolas, Felipe González. 
Lo que en Europa es una virtud, prueba inapelable de previsibilidad o estabilidad política, en el caso de Bolivia se convierte en un vicio intolerable que desnuda la "supuesta" esencia despótica del proyecto del MAS.
 Nada nuevo. Hay una moral para los europeos y otra para los indios. Así de simple.
Atilio Borón.

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