Mi padre.

Según Freud " no hay peor padre que el que se muere"...

El que muere a destiempo, demasiado pronto...

Y sin embargo lo bueno que hay en mi esencia es obra tuya.

Desconocía, en el momento de tu partida, las turbulencias que habías atravesado.
Los ideales que te llevaron a defender la República y la saña de la represión más feroz.

La integridad y la lucha frente a un enemigo que fue implacable.

A pesar del escarnio y la desmemoria de esa España por la que diste la vida

jamás renunciaste a tus convicciones.

Despreciabas los " delirios de grandeza", la superficialidad,la cobardía y la falta de justicia.

Contigo aprendí que es preciso compartir el pan y el vino

Aprendí  que  comprometerse para defender a los débiles dignifica.

Aprendí que determinados libros  y la sencillez son bienes más valiosos que  cualquier abolengo rancio.
Que la nobleza en las actitudes humanas opaca el brillo de la opulencia.

Me enseñaste a vencer el miedo a la oscuridad . Y al " oscurantismo"

Tus silencios, a veces,  me desconcertaban :Acaso callabas porque los recuerdos de los vencidos estaban marcados por un sabor amargo.

Tu ausencia prematura nos legó  un largo camino sin abrigo.
Quisiera tenerte hoy para contarte las experiencias y  los aprendizajes de lo recorrido. 
Y brindarte calor , el mejor de los vinos , el abrazo de orgullo y reconocimiento ¡Tan merecido!

Te hirieron, te humillaron, te encerraron...

Pero no lograron doblegar el torrente de tu grandeza.

Tu altura moral y el  repudio ante la opresión del franquismo fueron inalterables.