8/4/14

Marcos Ana recibe el premio de los Valores Humanos.

Marcos Ana recibió el premio Castilla y León de los Valores Humanos.
 Al poeta salmantino le resultó «entrañable» por proceder de la tierra que le vio nacer y a la que aseguró se siente muy «apegado» por ser la de su primera juventud.
Sin embargo, explicó que nada más conocer la noticia, sintió a la vez un sabor amargo, porque pensó en todos aquellos hombres y mujeres que como él lucharon e incluso murieron por defender los derechos y las libertades de otras personas y que continuarán siendo «seres oscuros», cuyos nombres no salen del anonimato ni reciben «cariñosos» reconocimientos como éste.
Por ese motivo, resaltó que es una obligación para él incluir en este premio que reconoce los valores humanos a todas estas personas que compartieron esos años de lucha y que aún en día, siguen apostando por ideales como la libertad o la igualdad y haciendo frente a la «injusticia».
A pesar de haber pasado 23 años en prisión, se preguntó que «qué es el rencor», porque a la única «venganza» que aspira es a la «venganza política», es decir, el ver como «la política triunfante es la de aquellos ideales» por los que precisamente fue encarcelado.
Lo demás, continuó el poeta, «no es importante», porque si hay algo que afirmó que aprendió durante su cautiverio, es que «lo importante son las personas, la gente» y agregó que hoy en día es feliz a través de la felicidad de los otros.
Por este motivo, apuntó que a pesar de sus 94 años, sus ideas «son jóvenes» y hasta su «último suspiro» continuará luchando por conseguir un mundo mejor y recuerda como ese espíritu de darse a los demás fue el que le mantuvo vivo en la cárcel. Allí, añadió, los presos tenían que defender cada día su dignidad, porque eran constantemente humillados y él se pasó mucho tiempo “castigado” por denunciar sin tregua las injusticias a las que les sometían.

Luchar por el mundo

De hecho, recordó que uno de los policías que le «castigaba» por estos motivos le llegó a preguntar el por qué de continuar alzando la voz ante cuestiones que en algunos casos ni siquiera le afectaban a él, y Ana le contestó que lo hacía para «luchar por un mundo donde nadie puede hacer lo que tú me haces a mi».
Sin embargo, lamentó que aún hoy en día la democracia no tiene la «fuerza suficiente» o hay «intereses» que no permiten que se reconozca la «justicia» de aquellas personas que lucharon por un mundo mejor. A su juicio, la transición «no resolvió grandes cosas», ya que el policía que le «torturó», siguió siendo policía y en la actualidad sigue habiendo «mucha impunidad», algo con lo que afirmó hay que acabar.

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