Rescatar la memoria.

Rescatar la memoria.

17/4/18

" A un fascista". Max Aub.


 “Los fascistas son los que lo son,
 más los que lo son sin saberlo,
 más los que lo son sin decirlo”.

- De : " Campo cerrado".


 Max Aub. André Malraux con la camara, 
en el rodaje de Sierra de Teruel.

"Sembrando muerte dais más alta vida
a este pueblo infeliz, echando a tierra
la que al aire oponía, fuerte sierra,
dando a torrentes mil, atroz salida.
Maltrecho por tu envidia carcomida
lo que en escombros tu furor entierra
vivo renace dándote otra guerra,
los surcos vueltos nube ayer dormida.
Si derribas estatuas, mármol queda
para nuevas figuras vencedoras.
Allá tú con tus máquinas traidoras,
aquí nosotros con desnudas manos.
A ti la muerte todo te lo veda,
cada muerte me da nuevos hermanos."

Max  Aub.



"Max Aub es uno de los más grandes escritores que ha tenido la lengua castellana, exiliado tras la guerra del 36, pasó varios años en campos de concentración hasta que pudo llegar a México, país de acogida, pueblo amigo con un presidente demócrata y defensor de los demócratas. 
Max Aub escribió bajo el título general de “El laberinto mágico” seis novelas, editadas en Alfaguara y en Punto de lectura, son obras del máximo interés tanto literario como histórico.
 Comienzan antes de la guerra y acaban cuando termina la guerra. 
El primero de los títulos, “Campo Cerrado”, indaga en las búsquedas que se realizan a lo largo de la vida, los sentimientos de convicción y la influencia de las circunstancias, la falta de conciencia y la experiencia,
 la mirada al pasado y el contraste con el presente,
 Max Aub mira las circunstancias personales, la convulsión interior de sus protagonistas, la asunción de los conflictos con la vida desde la vivencia que hace chocar intereses, y deja que se desarrolle bajo ese fuego, en el interior del personaje comienza, se mueve lo más primario, la vida lo tratará, lo modificará, le dará forma, le pondrá a buscar y le combatirá.
 La combinación constante de flujos internos y externos componen una conciencia que contrasta con la nuestra, que contrasta con el pasado, que contrasta con su pasado.
 Las miradas de los personajes de “Campo Cerrado” presentan siempre una diferencia con las circunstancias, con el mundo, que nos va a interrogar y las soluciones que adopta se nos plantean de forma inquietante, soluciones que nos arrastran, nos golpean, nos ponen en primer plano.
 “Campo Cerrado” recoge la historia de un muchacho que trabaja en el campo valenciano y tras algunas peripecias llega a Barcelona, allí va de una a otra fábrica hasta que se ve en el paro, si antes había estado vinculado al movimiento sindical, las dificultades económicas le pondrán en manos del fascismo.

 Aventura, compromiso, reflexión sobre las condiciones de vida de los trabajadores en aquellos años, circunstancias históricas.
 Además veremos comenzar la relación entre un chico y una chica cuya entrega amorosa y lucha por la defensa de la legalidad republicana nos llenará de emoción, los reconoceremos en las restantes novelas de “El laberinto mágico”. El acontecer de esos días resulta tan presente que cualquier interesado en el conocimiento de lo ocurrido en general, así como de las vivencias más profundas y personales, puede satisfacer su curiosidad, su necesidad de saber y su deseo de vivir con emoción mientras lee. 
En “Campo Cerrado”, Max Aub se vuelca con el lenguaje y sorprende siempre al lector, tanto si no lo ha leído nunca como si es un habitual de su palabra,
 busca en las imágenes, en los significados, en las descripciones, en las metáforas, llevando al lector hasta el interior mismo de cada acontecimiento donde lo humano libra su batalla de intereses del momento o por convicción. Relaciona ideas, pregunta sobre ellas, expone conclusiones precisas, escuetas, el personaje las escribe en columnas.
 Leemos diferentes formas de hablar, usos del lenguaje de individuos pertenecientes a condiciones sociales distintas, regiones y naciones, así sean valencianos, o suizos, que dicen libertat, organitzación, ggrracioso, ess verdat, o leemos lo que dice un tartamudo, además de hacer discurrir a los personajes por todas las posturas ideológicas en liza.
 La voz narrativa también sitúa al lector ante las relaciones y objetivos de las clases sociales representadas en sus organizaciones y ante la vida del momento. Un fascista explica su odio hacia los maestros en base a que sólo debe aprenderse lo que tiene que ver con lo que uno es, de modo que la condición social debe quedar establecida desde el principio, y si entra en el mundo de los parlamentarios y la posibilidad de que el pueblo se haga con el poder, lo tiene claro: hay que suprimirlos a todos, despotrica contra la inteligencia y proclama la fuerza como único valor. 
Tras una de las discusiones nuestro obrero en paro escucha a un amigo que le dice:

 “ - Los fascistas son los que lo son,
 más los que lo son sin saberlo,
 más los que lo son sin decirlo”.

Ramón Pedregal Casanova

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